La historia de los estudios liquenológicos de Canarias se encuentra ligada fundamentalmente a los estudios de naturalistas europeos como L. v. Buch (1825), J. Steiner (1904), C. J. Pitard & J. Harmand (1911), C. N. Tavares (1952), Ahti (1961), P. M. Jørgensen (1969), G. Follmann (1970), C. L. Champion (1976), H. Krog (1976), H. Østagen (1976), B. J. Coppins (1978), etc.
De no ser por los trabajos de O. Fernández (1958) y A. Pizarroso (1958) puede decirse que hasta finales de la década de los setenta no aparecen españoles interesados en la flora canaria, de ellos existe un número variable de trabajos publicados entre los que destacan: Consuelo Hernández Padrón (1978), Lázaro Sánchez-Pinto (1978), Pedro L. Pérez de Paz (1980), Javier Etayo (1992), Desiré Sicilia (2007) e Israel Pérez-Vargas (2008).
Otros autores españoles y canarios también han hecho contribuciones al conocimiento de la biota liquénica en Canarias entre los que cabe destacar: A. Crespo (1981), J. M. Egea (1984), X. Llimona (1987), P. Torrente (1989), M. L. Gil González (1990), V. J. Rico (1993), A. R. Burgaz (1997), I. Martínez (1998), etc.
Sin embargo no ha existido un simple relevo de liquenólogos extranjeros a nacionales, en las últimas décadas, los investigadores extranjeros han seguido interesándose por la biota liquénica canaria, entre los que podemos destacar los trabajos de J. Poelt (1981), L. Tibell (1981), J. Hafellner (1986), P. L. Nimis (1987), A. Vezda (1987), P. Clerc (1991), E. Timdal (1991) y J. A. Elix (1995), entre otros muchos.
Fuente: http://www.ucm.es/seliquen/historia-de-la-liquenologia-espanola